Muchas veces creemos que estamos viviendo detrás de una hermosa y grande mascara.
He llegado a ese punto muchas veces en mi vida, creyendo que no merezco que los demás crean que soy quien aparento, y caigo entonces en el afán de conseguir quien soy realmente y poderle mostrar ese yo a quienes me rodean.
Es entonces en medio de esa búsqueda en la que llego a un punto ciego, en donde lo único que queda es devolverme y saber que el camino por el que venia era el correcto.
Olvidamos que somos humanos y es nuestra naturaleza.
No, no es nuestra naturaleza vivir tras una mascara, sino el tener dos caracteres, dos formas de ser, que no mostramos individualmente, sino que las unimos y solo mostramos lo mejor de cada una.
No por querer dejar cosas en nuestra privacidad somos falsos, ni tampoco por dar lo mejor de nosotros y dejar afuera lo que es vano, somos unas mascaras.